«O que é, pois, o tempo? Se ninguém mo pergunta, sei o que é; mas se quero explicá-lo a quem mo pergunta, não sei. No entanto, digo com segurança que sei que, se nada passasse, não existiria o tempo passado, e, se nada adviesse, não existiria o tempo futuro, e, se nada existisse, não existiria o tempo presente. De que modo existem, pois, esses dois tempos, o passado e o futuro, uma vez que, por um lado, o passado já não existe, por outro, o futuro ainda não existe? Quanto ao presente, se fosse sempre presente, e não passasse a passado, já não seria tempo, mas eternidade. Logo, se o presente, para ser tempo, só passa a existir porque se torna passado, como é que dizemos que existe também este, cuja causa de existir é aquela porque não existirá, ou seja, não podemos dizer com verdade que o tempo existe senão porque ele tende para o não existir».
Santo Agostinho, Confissões, XI 14
«En aquel pasaje de la Enéadas que quiere interrogar y definir la naturaleza del tiempo, se afirma que es indispensable conocer previamente la eternidad, que- según
todos lo saben – es el modelo y arquetipo de aquél… Leemos en el Timeo de Platón que el tiempo es una imagen móvil de la eternidad; y ello es apenas un acorde que
a ninguno distrae de la convicción de que la eternidad es una imágen hecha com substancia de tiempo.Una de las oscuridades, no la más árdua pero no la menos
hermosa, es la que impide precisar la dirección del tiempo. Que fluye del pasado hacia el porvenir es la creencia común, pero no es más ilógica la contraria, la fijada en
el verso español por Miguel de Unamuno:
Nocturno el rio de las horas fluye desde su manantial , que es el mañana eterno… »
todos lo saben – es el modelo y arquetipo de aquél… Leemos en el Timeo de Platón que el tiempo es una imagen móvil de la eternidad; y ello es apenas un acorde que
a ninguno distrae de la convicción de que la eternidad es una imágen hecha com substancia de tiempo.Una de las oscuridades, no la más árdua pero no la menos
hermosa, es la que impide precisar la dirección del tiempo. Que fluye del pasado hacia el porvenir es la creencia común, pero no es más ilógica la contraria, la fijada en
el verso español por Miguel de Unamuno:
Nocturno el rio de las horas fluye desde su manantial , que es el mañana eterno… »
Jorge Luis Borges, Historia de la eternidad
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